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Explicó que el precio internacional de la gasolina de 91 y
95 octanos es de 90 y 100 dólares el barril, respectivamente. “De los 150.000
barriles diarios que se importan, 60% corresponde a gasolina de 95 octanos y
40% a la de 91 octanos”, añadió.
José Bodas, también directivo de la Futvp, manifestó que “las
refinerías venezolanas deberían suministrar totalmente el combustible al
mercado interno de los hidrocarburos, además de exportar estos derivados, sin
embargo hoy la gasolina que se consume en el país es mayoritariamente
importada”.
A su juicio, la importación de gasolina representa una
pérdida importante para la nación y Pdvsa, porque cada litro de gasolina de 91
y 95 octanos cuesta 0,90 y 1,59 dólares, pero ese combustible se vende en las
estaciones de servicio en 6 y un bolívar el litro.
Freites destacó que solo los centros refinadores de Amuay y
Cardón, en la península de Paraguaná, Falcón, aportan al mercado doméstico
75.000 barriles diarios de gasolina, insuficientes para cubrir la demanda
interna actual del carburante de unos 225.000 barriles diarios.
Los sindicalistas coinciden en que la importación del
combustible de países como España, Estados Unidos, Canadá, entre otros, se
complica por la indisponibilidad financiera de Pdvsa para cumplir las
condiciones de prepago establecidas por las compañías petroleras
internacionales para la entrega de cada cargamento de combustible que atraca en
los muelles de las refinerías.
“Los 600.000 barriles que compró Pdvsa hace 2 días tenían
una semana negociados, pero el desembarco no se hizo porque Pdvsa debía pagar
al contado el cargamento antes del despacho, lo cual se concretó con la emisión
del pagaré de la empresa”, anotó Freites.
El dirigente agregó que Pdvsa incurre frecuentemente en este
tipo de retraso, lo cual ocasiona situaciones de cuello de botella al mercado
interno como el de los últimos días. “Las plantas de llenado de combustible
están secas. Esos 600.000 barriles no alcanzan para 3 días de consumo”,
advirtió.
Insistió en que el abastecimiento eficiente del carburante
para cubrir la demanda requiere que las refinerías tengan inventarios de 2
millones a 2,5 millones de barriles, pero ese volumen actualmente no está
disponible.
En declive
La actividad refinadora del país registró su peor año en
2016 debido a las fallas y paralizaciones de las plantas que integran las
refinerías de Amuay, Cardón, Puerto La
Cruz y El Palito, que operaron a 30% promedio de su
capacidad.
Los sindicalistas indicaron que la capacidad instalada
nacional de procesamiento de hidrocarburos es de 1,3 millones de barriles
diarios, sin embargo, el año pasado apenas se produjo un promedio 400.000
barriles por día, situación que no ha cambiado en 2017.
Freites afirmó que las plantas catalítica y de alquilación
que elaboran gasolina en la refinería El Palito están paralizadas desde 2016
sin que se avizore su reactivación a corto plazo este año. Esto imposibilita la
producción de 80.000 barriles diarios del combustible que se exportan y
consumen en el mercado interno.
Bodas precisó que en Puerto La Cruz la parte de
hidroproceso, que elabora 60.000 barriles por día de gasolina y diesel, tiene 9
meses parada por problemas del catalizador y un compresor dañado. En craqueo
catalítico y alquilación las 4 calderas de vapor presentan fallas y lo mismo
ocurre en la planta de destilación 1 lo que compromete la manufactura de 30.000
barriles diarios de combustible.
La refinería de Cardón, con 310.000 barriles al día de
capacidad instalada, produjo 110.000 barriles diarios/promedio que se mantiene
en el presente. La planta catalítica se detuvo varias veces, lo cual representó
8 meses de inactividad aunque en los períodos con operaciones manufacturó un
promedio de 75.000 barriles diarios. Las unidades de alquilación e
hidrodesulfuradoras no funcionan desde 2016.
Solo una de las dos hidrotratadoras está en servicio con una
producción diaria de diesel de 35.000 barriles, mientras que el reformador de
naftas estuvo 5 meses detenido en 2016 y ahora produce 30.000 de 45.000
barriles diarios de su capacidad.
El centro procesador de Amuay posee la planta catalítica más
grande de Venezuela con 108.000 barriles al día de capacidad, pero produce
70.000 barriles, mientras que el flexicoque con 64.000 barriles diarios de
capacidad está parado desde enero de 2016.
La unidad de coquificación retardada refina diariamente
14.000 de 34.000 barriles diarios de su capacidad y las plantas destiladora 4,
hidrodesulfuradoras, de azufre y alquilación siguen paradas situación que se
mantuvo en 2016.
Transporte es
inseguro
Los conductores de la flota de transporte de combustible de
Pdvsa laboran en condiciones de riesgo por la falta de mantenimiento a las
unidades y cauchos en mal estado, denunció José Bodas, dirigente de la Federación Única de
Trabajadores Petroleros de Venezuela.
“Los últimos meses se han registrado varios accidentes de
gandolas en las autopistas y avenidas del país”, recordó. Bodas destacó que
“son muy duras” las condiciones laborales de los 5.000 trabajadores que se
desempeñan en la actividad del transporte y despacho de derivados de
hidrocarburos al mercado interno.
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