Foto: Reuters |
En el imaginario popular se ha instalado la idea de que la
Unión Europea nunca ha estado más desunida. La cantinela que se repite es que
los países de la Unión son incapaces de ponerse de acuerdo en reformar el euro,
en gestionar los flujos migratorios, en lidiar con la creciente agresividad de
EE UU, Rusia y China y que el auge del nacionalpopulismo va a debilitar todavía
más la Unión hasta el punto de descomponerla.
Las divisiones existen y son graves, pero un análisis
sosegado, con perspectiva histórica, muestra que probablemente Europa esté más
unida que nunca. Y para convencernos no hace falta recordar los siglos de conflictos
europeos desde la Guerra de los Cien Años hasta la Segunda Guerra Mundial. Con
analizar los últimos 60 años de integración europea llega.
Vayamos por décadas. En los años sesenta tuvimos la crisis
de la “silla vacía” provocada por un De Gaulle bastante más francés que
europeo. En los años setenta tuvimos el colapso de la “serpiente en el túnel”
que sepultó el plan Werner y trajo años de tensión entre Francia y una
dominante Alemania que imponía la tiranía del marco. En los años ochenta
tuvimos la crisis del “bolso” de Thatcher y el Acuerdo de Fontainebleau que
institucionalizó el cheque británico, un error histórico que consagró el
“excepcionalísimo inglés”.
Aquellos que no quieran ver una UE autoritaria que salgan a
votar. Y quizás los británicos se apuntan a la fiesta de la democracia europea
Algunos pensarán que los años noventa, tras la caída del
muro de Berlín y la firma de Maastricht, seguro que fueron años de mayor
unidad. Para nada. Reino Unido no se adhirió al euro, los daneses votaron en
contra y solo un 51% de los franceses lo apoyaron. Una victoria por los pelos,
y numerosas voces en contra de la ampliación al Este. Estas tensiones se
acentuaron en la primera década del siglo XXI cuando los franceses y los
holandeses votaron en contra de la Constitución europea.
Estos episodios pueden parecer triviales comparados con el
drama de 2012, y sobre todo 2015, cuando Grecia casi fue expulsada del euro.
Pero también aquí hay que relativizar. Si los líderes europeos negociaron
durante décadas con uñas y dientes unos presupuestos de la UE que nunca
superaron el 1% del PIB, y que ahora están en torno a los 150.000 millones de
euros anuales, ¿cómo no iban a enfrentarse, y hasta insultarse, cuando la cifra
total para el rescate de Grecia llegó a los 290.000 millones de euros? ¡Más que
el PIB de Dinamarca!
Lo cierto es que la UE, que ahora tiene 27 y no solo 12
Estados, está mejor de lo que se esperaba. Cuando futuros historiadores
analicen el pulso del Brexit entre Reino Unido y la UE concluirán que la Unión
se mantuvo unida y consiguió un acuerdo de separación ventajoso para sus
intereses. Destacarán, además, que esta es la primera vez en 500 años que Reino
Unido no ha logrado dividir al continente, y eso que lo ha intentado con
ahínco, incluso usando la carta de su capacidad militar.
La Unión también se ha mantenido unida en sus tensiones con
Rusia, EE UU y China. Llevamos casi cinco años de sanciones a Rusia sin
fisuras. Algo que pocos pensaban que se iba a lograr. Recientemente, Juncker se
plantó en Washington y negoció una tregua con el presidente Trump de igual a
igual, representando los intereses de 500 millones de europeos. Un hecho sin
precedentes. En su relación con China, la UE ha sorprendido incluso a los
optimistas. Primero no otorgándole estatus de economía de mercado en la OMC y
después estableciendo un primer mecanismo de supervisión de inversiones
europeo, algo que hace solo unos años levantaba carcajadas entre los
diplomáticos americanos.
Incluso el apoyo popular ha aumentado. Los números del
Eurobarómetro de 2018 muestran cómo dos tercios de los ciudadanos (el 67%)
están a favor de la UE, una cifra no vista desde 1983, y un 74% apoya la moneda
única, récord absoluto. El atractivo de la Unión es tal que 700.000 británicos
salieron a las calles de Londres con banderas europeas (algo que parecía
imposible), el presidente galo Macron se envuelve a diario en ella (de locos) y
Merkel pide un ejército europeo (temerario).
No hay comentarios:
Publicar un comentario