miércoles, 9 de noviembre de 2016

La victoria de Trump pone en vilo a las empresas españolas – ABC


Fuente Web
La grave crisis económica que vivió España en los últimos años hizo que muchas empresas se lanzaran a la conquista de nuevos mercados, entre ellos Estados Unidos. La victoria de Trump influirá en buena medida su futuro a medio plazo allí. No hay que perder de vista que el mercado norteamericano supone, al menos, un 20% de la fuente de generación de ingresos para seis compañías del Ibex-35.

Grifols, por ejemplo, obtiene más de un 60% de sus beneficios entre Estados Unidos y Canadá. Empresas como Viscofan, Acerinox o Ferrovial, son otras de las compañías que más relación tienen con el país norteamericano, ya que cerca de un tercio de su cifra de negocio se genera en ese país, según datos recopilados por XTB.

Desde la CEOE, su director de relaciones Internacionales, Narciso Casado, recuerda que «Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la Unión Europea. Este mercado representó en 2015 el sexto destino de las exportaciones españolas de bienes, un 4,5% del total, y es el quinto proveedor de España ya que algo más del 4,3% de las importaciones españolas procedieron de Estados Unidos el año pasado.

A lo anterior se le añade que Estados Unidos fue el primer inversor en España en 2014 en términos de stock con el 14,4% del total y, con el 16%, es el primer destino de la inversión externa española».

En lo que va de año, entre enero y julio, las exportaciones españolas a Estados Unidos alcanzaron un valor de 6.721 millones de euros, lo que supuso un aumento del 2,1% respecto al mismo periodo del año anterior. Los sectores que más han crecido han sido los bienes de equipo y los alimentos, con alzas del 18,7 y del 17,9% respectivamente.

Política y empresa

En cuanto a los empresarios, de todos es sabido que no les gusta nunca decantarse por un color político u otro ya que su labor es trabajar y entenderse con el que ocupe el poder en cada momento, pero los resultados de estas elecciones son una excepción.

A nadie se le escapa que el discurso proteccionista y de defensa del «made in America» realizado por el candidato republicano, Donald Trump, está completamente en contra de la apertura comercial que tanto ha beneficiado a las empresas extranjeras que están instaladas allí, entre ellas las españolas.

Y como las empresas prefieren mantenerse neutrales en el siempre espinoso terreno de la política en víspera electoral es casi obligado preguntarle a los ejecutivos a nivel individual. Gonzalo García, presidente y director de USEC (USSpain Executives Community, una asociación que representa a altos ejecutivos españoles), asegura desde Washington que la opinión mayoritaria de sus asociados es favorable a la continuidad en el Gobierno de la Casa Blanca, y por tanto apuestan de manera mayoritaria por la candidata Hillary Clinton. El hecho no es casual.

La alternativa, Donal Trump, «sería muy perjudicial ya que, para empezar, es un defensor de implantar medidas proteccionistas, lo que supone abolir tratados como el NAFTA y que los que están en vías de negociación, como el TTIP, tengan un futuro más que incierto, cosa que no beneficia a las empresas extranjeras instaladas en Estados Unidos ni a las que puedan venir.

No obstante, hay que tener en cuenta que en la campaña electoral en Estados Unidos se prometen muchas cosas que luego no se pueden poner en marcha, ya que aquí el Congreso tiene mucho poder, como se ha visto durante el mandato de Obama, que tras ocho años no ha logrado cerrar Guantánamo pese a que fue una de sus propuestas estrella durante su campaña electoral», asegura García.

Hay que recordar en este punto que el tratado comercial Nafta afecta también a Latinoamérica y a México, dos zonas en las que están muy presentes BBVA, Banco Santander o la constructora OHL.

Por su parte Iván Delgado, socio responsable de la oficina de Nueva York del bufete Pérez-Llorca, presente en el país desde hace 20 años, considera que «el impacto de las elecciones será probablemente mayor en aquellos sectores que importan bienes y servicios a EE.UU., como el textil o el alimentario. Si el impacto es positivo o negativo dependerá de la política de comercio exterior que adopte el nuevo gobierno.

El cuestionamiento por parte de Trump de los tratados de libre comercio hace pensar que su victoria podría afectar en mayor medida y de forma negativa no solo a las empresas españolas sino a las de otros países, dependiendo de las barreras o limitaciones que finalmente se impongan».

Lea el informe complete aquí.

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