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La brecha entre ricos y pobres nunca ha sido tan grande como
en la actualidad y la creciente desigualdad podría llevar a una mayor
inestabilidad, advierte un informe de Oxfam publicado este lunes.
"La creciente desigualdad amenaza con dividir nuestras
sociedades. Hace aumentar la criminalidad y la inseguridad, al tiempo que mina
la lucha para poner fin a la pobreza. Deja a más gente viviendo con miedo y
menos con esperanza", señaló esta entidad que reúne a numerosas
organizaciones no gubernamentales y que tiene su sede en Gran Bretaña.
El reporte titulado "Una economía para el 99 %" ha
sido difundido de cara al Foro Económico Mundial que volverá a reunir a la
elite política y empresarial en Davos e identifica a las grandes corporaciones
y los sectores más acaudalados como los vehiculizadores de esa desigualdad.
En el año 2015, el 1% más rico tenía más acceso a la salud
que el resto del planeta y actualmente ocho personas (concretamente ocho
hombres) tienen la misma cantidad de riqueza que la mitad más pobre del mundo.
Los ingresos del 10% más pobre de la población mundial aumentaron en
menos de US$3 por año entre 1988 y 2011, mientras que los ingresos del 10% más
rico se multiplicaron 182 veces en ese período, a un ritmo de US$11.800 al año.
Ellos son: Bill Gates, de Microsoft; Amancio Ortega, de
Inditex; Warren Buffett, mayor accionista de Berkshire Hathaway; Carlos Slim,
propietario del Grupo Carso; Jeff Bezos, de Amazon; Mark Zuckerberg, de
Facebook; Larry Ellison, de Oracle; y Michael Bloomberg, de la agencia de
información económica y financiera Bloomberg.
Acumulación "obscena”. La directora ejecutiva de Oxfam
Internacional, Winnie Byanyima, señaló en un comunicado que, "cuando una
de cada diez personas en el mundo sobrevive con menos de US$2 al día, la
inmensa riqueza que acumulan tan sólo unos pocos resulta obscena".
Byanyima añadió que muchos salarios "se estancan
mientras las remuneraciones de los presidentes y altos directivos de grandes
empresas se disparan, se recorta la inversión en servicios básicos como la
sanidad o la educación mientras grandes corporaciones y grandes fortunas logran
reducir al mínimo su contribución fiscal".
Si bien se ha registrado crecimiento económico, éste ha sido
extremadamente desigual. Siete de cada diez personas vive en un país en el que
la desigualdad ha aumentado en los últimos 30 años. Los ingresos del 10% más
pobre de la población mundial aumentaron en menos de US$3 por año entre 1988 y
2011, mientras que los ingresos del 10% más rico se multiplicaron 182 veces en
ese período, a un ritmo de US$11.800 al año.
Y las mujeres sufren mayores niveles de discriminación en el
ámbito laboral y asumen la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado.
Según Oxfam, al ritmo actual, llevará 170 años alcanzar la igualdad salarial
entre hombres y mujeres.
¿Qué hacer? La organización propone que los gobiernos
incrementen los impuestos tanto a las grandes fortunas como a las rentas más
altas; que trabajen juntos para garantizar que los trabajadores reciban un
salario digno y que pongan freno a la elusión, la evasión y a las artimañas
fiscales para reducir al mínimo el impuesto de sociedades.
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