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El pasado 9 de enero, el
presidente Nicolás Maduro dijo que
hoy sería la fecha tope en que arrancaría la distribución del
actualizado cono, después que en la primera fecha (14 de diciembre 2016 hubo
problemas para su llegada al país). “A partir
del 16 de enero entrarán en circulación
nuevos billetes. Hemos recibido 60 millones de piezas de Bs. 500, 4,5 millones de billetes de 5 mil, y 2,9
millones de billetes de Bs. 20.000”.
El Mandatario, ayer durante el rendimiento de su Memoria y
Cuenta 2016, confirmó que hoy empiezan a circular, al tiempo que extendió la
vigencia de los billetes de 100 hasta el 20 de febrero. Así que por primera vez
en la historia del país y de manera inédita convergerán 12 piezas monetarias
entre viejas y nuevas, mientras que se afinan mecanismos para dejar las
antiguas.
Fuentes del sector bancario aseguraron, la semana pasada,
que los nuevos billetes serán distribuidos inicialmente en las taquillas
bancarias y no a través de la red de cajeros automáticos por orden del
Ejecutivo. En el resto de la semana las máquinas (cajeros) serían “calibradas”
para entregar las piezas.
De ahora en adelante, el prócer Francisco de Miranda
aparecerá en el papel moneda de Bs. 500 (antes salía en el de Bs. 2); el “Negro
Primero” ahora estará en el de Bs. 1.000; el cacique Guaicaipuro aparecerá en
el de 2.000, mientras que Luisa Cáceres de Arismendi pasó de estar en el
billete de Bs. 20 a estar en el de Bs.
5.000.
Igualmente, Simón Rodríguez será el representante del
billete de Bs. 10.000 y anteriormente
era el de 50 Bs. Y, finalmente, “El Padre de la Patria”, Simón Bolívar, se
mantendrá como la máxima figura en el cono monetario: estará en la unidad de
20.000, el de más alta denominación en el país.
El uso de otros billetes aún genera debates y opiniones
encontradas sobre su efectividad en el corto y mediano plazo. Pero analistas y
economistas consultados, por este rotativo, enfatizaron que ya en el país sí
era “impostergable” la adaptación de una “moderna familia” de ejemplares que se
adapte a las necesidades de la economía local.
“Que vuelvan los tres ceros no acabará con las devaluaciones
de nuestra moneda. Ojalá que su implementación sirva para que la economía
muestre signos de recuperación. Aún falta trabajar mucho para que nuestro
bolívar recupere su estabilidad. Pero si no se atacan problemas graves como la
inflación y el alza de precios de los productos, la moneda seguirá su continuo
proceso devaluativo (...) es muy irresponsable pensar que con la sustitución
del viejo cono monetario se resolverán todos los problemas del país”, opinó el
economista Rafael Vivas.
En esto coincidió también el experto en temas financieros,
Ángel González, quien respalda el proceso de sustitución de las piezas
monetarias, pero “si se toman correctivos”.
“Sin duda, los nuevos billetes tendrán un efecto psicológico
más positivo para la población, para algunos les traerá una sensación de
tranquilidad al tener piezas de alta denominación. La medida atrasada —que a mi
juicio debió tomarse hace tres años— que está tomando el Gobierno no es y será
la única receta para eliminar la inflación del 1.000% a la que se enfrenta el
país este año. Solo el tiempo dirá que tan efectivo será esta nueva familia de
billetes y monedas”, argumentó González.
Recomendó al Ejecutivo postergar “por un tiempo
recomendable” un posible escenario de devaluación que se prevé ocurra en el
primer trimestre de 2017. “Esto no favorecería a nadie y menos a los nuevos
billetes y monedas. Dudo que estén pensando en devaluar al arranque de este
proceso de sustitución del cono. El país requiere con urgencia políticas
monetarias, cambiarias y fiscales, pero que garanticen la estabilidad de
precios, eso es lo que piden todos los venezolanos”.
Desde el oficialismo, el ministro de Economía y Finanzas,
Ramón Lobo, ha insistido que la emisión de nuevos billetes ayudará a facilitar
los trámites financieros. Además, rechaza que la adecuación del cono monetario
aumente los índices inflacionarios. “Lo que se está ajustando es el dinero, el
billete, la moneda a la nueva realidad existente. En ningún momento esto genera
inflación. Es algo de manera ilusoria que se quiere internalizar en la
población, sencillamente se está adecuando a la economía”, expresó el mes
pasado.
Del lado de los ciudadanos se mantienen las expectativas con
la salida de los nuevos ejemplares. “Ojalá que con esto se resuelva el problema
de tener tanto dinero encima, dentro de la cartera. Lo que deseo es que el
dinero me alcance para comprar alimentos, pagar los servicios (...)”, opinó
Alejandra Rosales, ingeniera de 45 años.
Datos del portal Numismática Venezuela revelan que en 1998,
el Gobierno de la época decidió recoger buena parte de las monedas en
circulación en el país y optó por actualizar el cono monetario de la época. Por
primera vez en la historia se fabricaron billetes con alta denominación:
10.000, 20.000 y hasta 50.000 bolívares, montos similares a los de la
actualidad. Posteriormente, sufrieron rediseños entre el período 2001 y 2005
para adaptarlos con el membrete de República Bolivariana.
Pero, en 2008, se autorizó un proceso de “reconversión
monetaria” por parte del Ejecutivo y con lo que decidió simplificar el uso de
la moneda y se ordenó la eliminación de tres ceros. Así se dio paso al llamado
Bolívar Fuerte.
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