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El estudio, coordinado por Claudia, muestra que los
estudiantes encuestados tienen una inclinación de comportamiento por ser
empleados justo después de graduarse.
El 75 por ciento quiere, después de graduarse, trabajar en
empresas, instituciones académicas o instituciones sin ánimo de lucro, y el 67
por ciento espera fundar su propia empresa cinco años después de obtener el
título profesional.
La explicación de la investigadora al respecto es que, tal
vez, estén interesados en obtener experiencia, ampliar los conocimientos y
conseguir una red de contactos.
La investigación, que tiene entre sus propósitos brindar
perspectivas sobre la motivación a emprender de los universitarios de Colombia
y efectuar estudios comparativos de la intención emprendedora con otros países,
muestra que, “a grandes rasgos, se destaca que, tanto en Colombia como en el
mundo, el patrón de intención por ser empleado, una vez se terminan los
estudios universitarios, es alto, con porcentajes de 75 y 80 por ciento,
respectivamente”.
Pero existe una diferencia: en Colombia el 18 por ciento
tiene expectativa de fundar empresa al finalizar los estudios universitarios, 9
puntos por encima de la muestra internacional.
Si bien esa mayor intención podría valorarse positivamente,
esas cifras deben leerse con cautela. Resulta que -tal como indican estudios
como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), y recuerda la investigadora
Claudia- los países con un producto interno bruto (PIB) menor tienen tasas de
emprendimiento más altas.
Esto se explica porque hay diferencias entre ser emprendedor
por necesidad y serlo por oportunidad.
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