En el mundo se registran 168 millones de niños que son víctimas del trabajo infantil, de los cuales más de 80 millones ponen en riesgo sus vidas realizando labores peligrosas. Las regiones de Asia y África tienen los índices más altos de menores dedicados a actividades laborales: casi 78 millones, equivalente al 9.3 por ciento de la población infantil.
En América Latina y el Caribe, existen 13 millones de niños,
niñas y adolescentes en fuentes laborales. Un 50 por ciento de la tasa de
empleo infantil en Latinoamérica se concentra en la agricultura debido a la
mayor presencia de la informalidad.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en
el año 2002 propuso la fecha 12 de junio para conmemorar el “Día mundial contra
el trabajo infantil”, con el objetivo de concientizar acerca de la magnitud de
este problema y aunar esfuerzos para erradicar esta realidad.
El tema central de este año es el impacto de los conflictos
y catástrofes, en el trabajo infantil debido a las serias afectaciones que ocasionan
al destruir los medios de subsistencia, los servicios básicos y las personas
son obligadas a huir de sus hogares, y los niños sus principales víctimas.
Según la
Organización de Naciones Unidas, en el mundo existen más de
1.500 millones de personas que viven en países afectados por conflictos, la
violencia o la inestabilidad. A esta cifra se suma que cada año, alrededor de
200 millones de personas son víctimas de catástrofes naturales, un tercio de
las cuales son niños.
En general, estas situaciones extremas tienen un efecto
devastador en la vida de las personas: mueren, resultan mutiladas y heridas, se
ven obligadas a abandonar sus hogares, se destruyen sus medios de subsistencia,
se les aboca a la pobreza y el hambre, y se violan sus derechos humanos.
Trabajos peligrosos
La OIT
calcula que 115 millones de niños trabajan en condiciones de peligro en
diversos sectores entre los que se encuentran la agricultura, la minería, la
construcción, la manufactura, la industria de servicios, establecimientos de
comida rápida y el servicio doméstico.
En Asia la industria textil agrupa a la mayoría de los
menores que trabajan. En este caso los niños se encargan de coser ropa barata
para su exportación. En África y Medio Oriente, más que en otras regiones del
mundo, los conflictos y catástrofes son los responsables directos de las altas
tasas de empleo infantil, casi el 30 por ciento.
Por otro lado la mayoría de los refugiados no tienen derecho
a trabajar en los países de acogida, por lo que una vía de sustentar la vida es
enviado a sus niños a obtener dinero. En estos casos los niños se desempeñan en
todas las áreas del mercado laboral informal, desde la agricultura hasta la
minería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario