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| Foto: La Nación |
Arabia Saudita está a pasos de inaugurar su primer reactor nuclear y es
una empresa argentina la que está detrás del proyecto. La compañía Invap,
propiedad del Gobierno y de la provincia del Río Negro, trabaja desde hace
tiempo en este reactor, ubicado en la Ciudad Rey Abdelaziz para la Ciencia y la
Tecnología, un complejo instalado en 1977 en las afueras de la capital, Riad.
Hasta allí viajó un grupo de ingenieros argentinos.
Imágenes tomadas por Google Earth en los últimos días son prueba de
cuán avanzada esta la construcción (que cuenta con materiales argentinos) y a
la velocidad en que se acelera. Ya se puede identificar un reactor de diez
metros de altura y casi tres de diámetro al lado de un edificio de cemento. Y
si bien las autoridades aseguran que será usado para la investigación y no para
la producción de energía, las declaraciones del príncipe heredero del reino no
llevan tranquilidad.
Si bien Mohammed ben Salman indicó que su objetivo es pacífico, un año
atrás había advertido: "Arabia no quiere adquirir ninguna bomba atómica
pero, sin lugar a dudas, si Irán desarrolla la suya, secundaremos sus pasos en
cuanto nos sea posible".
Según lo publicado por el diario El Mundo, el embajador argentino en
Austria y representante permanente del país en el Organismo Internacional de
Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, aseguró sobre el proyecto: "Se
trata de un reactor nuclear de muy baja potencia, de entre 30 y 100 kilovatios.
Es una instalación de entrenamiento que ha sido diseñada por una compañía
argentina. Le fue adjudicado el contrato hace un par de años y la construcción
estará completada a finales de este año".
Asimismo, el funcionario indicó que "todas las actuaciones de la
Invap en Arabia Saudita están bajo las salvaguardias internacionales de la
OIEA" y que el número de trabajadores argentinos dispuestos para la
construcción "es variable".
Para poder entrar en funcionamiento (antes de insertar el combustible
nuclear en el reactor), Arabia está obligada a aceptar las regulaciones
internacionales así como las inspecciones del organismo para garantizar y
comprobar que no halla rastros de una posible fabricación armamentística.
Los especialistas aseguran que lo que el príncipe quiere es que su
país, el mayor productor de petróleo del mundo, obtenga una capacidad nuclear
de 17,6 gigavatios, equivalente a unos 16 reactores, en 2032. De hecho Riad
insiste en su derecho a extraer y enriquecer sus depósitos de uranio para
generar energía nuclear, proceso que también podría emplearse también para
fabricar armas atómicas.
El reino avanza en su programa nuclear en tiempos de tensión con
Occidente luego del asesinato del reportero que trabajaba para The Washington
Post Jamal Khashoggi en el consulado en Estambul y de las graves denuncias de
represión interna de los derechos humanos.

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