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Uruguay se convierte en el
primer país de Mercosur en sumarse a la Nueva Ruta de la Seda, el plan global
de inversiones de China que conectará más de 60 países e implicará una
inversión de ocho billones de dólares. El objetivo está claro: atraer
inversiones chinas para impulsar infraestructuras como el Ferrocarril Central y
el nuevo puerto pesquero.
China coloca otra pica en
América Latina. Concretamente en Uruguay. Ambos países suscribieron este lunes
un memorando de entendimiento por el que la nación suramericana se incorpora a
la llamada Nueva Ruta de la Seda, el gran plan global de inversiones de Pekín,
con el que Montevideo espera que firmas chinas le apoyen en la construcción de
infraestructuras.
El acuerdo fue suscrito con
ocasión de la cuarta visita a China del ministro de Relaciones Exteriores de
Uruguay, Rodolfo Nin, quien destacó en una entrevista con la agencia EFE que el
país es el primero de Mercosur que se incorpora a esta iniciativa de gran
importancia.
“Al hacerlo tenemos la
posibilidad de que Montevideo y Uruguay en general se conviertan en la puerta
de entrada de gran parte del comercio que proviene de esta parte del mundo”,
señaló Nin, quien mantuvo un encuentro con su homólogo chino Wang Yi y este
martes celebrará otra reunión con el titular de Comercio, Zhong Shan.
Ahí están las cifras. La nueva
ruta, que conectará China con Europa a través de Asia Sur, Asia Central y
Oriente Medio, consiste en un megaplan de infraestructuras. Se calcula que
implicará una inversión de ocho billones de dólares. Conectará más de 60 países,
lo que representa una base de consumo de 4.400 millones de personas,
aproximadamente el 65% de la población mundial, que aglutina un Producto
Interior Bruto (PIB) de 2,1 billones de dólares, casi 30% de la economía
global.
Al margen de Mercosur, los
países de América Latina que ya se han incorporado a este proyecto son Panamá,
Bolivia y Guyana. Del Caribe están Antigua y Barbuda, y Trinidad y Tobago.
Según el canciller uruguayo,
estar en la Nueva Ruta de la Seda -un proyecto que muchos observadores comparan
con el “Plan Marshall” estadounidense de posguerra- podría aumentar la
presencia de las grandes firmas de construcción e ingeniería china en proyectos
importantes para el desarrollo de Uruguay.
Entre ellos citó el Ferrocarril
Central del Uruguay, el nuevo puerto pesquero (dos proyectos en los que ya
participan firmas chinas en las fases iniciales) y la mejora de la
electrificación en zonas rurales del norte del país.
Nin subrayó a EFE que la
estabilidad política y social de Uruguay, unida a lo consolidado de la
democracia y las garantías para los inversores extranjeros en el territorio,
son ventajas para que las firmas chinas dirijan sus capitales a estos y otros
proyectos en el país del Cono Sur (Ver más: Cuáles son las ventajas y
desventajas a la hora de invertir en Uruguay).
Al mismo tiempo, “en Uruguay hay
una política absolutamente consensuada sobre el rol que juega China, y sobre
las relaciones que debemos mantener con ella”, afirmó.
La guerra comercial que libran
China y EEUU, señaló el canciller, puede beneficiar “a corto plazo” el comercio
bilateral chino-uruguayo, pero a la larga puede también afectarle porque
amenaza con dificultar los flujos globales de intercambios: “En el largo plazo
es negativo porque Uruguay apuesta por el libre comercio con reglas, un
comercio justo que permita darle prosperidad al pueblo y a la gente”.
Para contrarrestar la guerra
comercial, China organiza el próximo noviembre en Shanghái la Feria Internacional
de las Importaciones que Nin, según señaló, visitará encabezando una nutrida
delegación empresarial, que tendrá su propio expositor.
“Vamos a estar presentes porque
Uruguay es un jugador importante en calidad de alimentos, y China importa 40% de
los que necesita”, subrayó, anticipando que será ese sector el principal
escaparate uruguayo en la gran feria de Shanghái.
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