PDVSA tiene un problema agudo de liquidez que le ha obligado a hacer un costoso canje de deuda que poco alivia la liquidez de la empresa. Todas las demás empresas petroleras estatales como Ecopetrol, Pemex y Petrobras —con infinitamente menos reservas petroleras que Venezuela— han sido capaces de acudir a los mercados de capitales para emitir nueva deuda, mejorar el perfil de vencimiento de la misma y la liquidez de la empresa.
PDVSA, para poder acceder al mercado de capitales con el fin
de canjear los bonos con vencimiento en el 2017 por un nuevo bono 2020, tuvo
que dar en garantía 50.1% de sus acciones en Citgo y emitir a un costo de 17%.
Alto, si los comparamos con el costo de financiamiento del Ecopetrol de 2.2% y
de 2.7% para Pemex para un plazo parecido y sin garantía. Algunos adeptos al
gobierno podrán argumentar que el mercado discrimina a PDVSA porque no están de
acuerdo con la visión “socialista” del gobierno.
Esto se cae por su propio peso: Rosneft, empresa petrolera
rusa con mayoría accionaria del gobierno, tiene un costo de financiamiento de
4.4%, más elevado que las demás estatales latinoamericanas pero infinitamente
menor que el costo de financiamiento de PDVSA. El mercado no tiene tinte
ideológico y básicamente mide el riesgo de la empresa y busca ser compensado
adecuadamente
El canje aumenta el endeudamiento de PDVSA y produce ahorros
en servicio de bonos de la deuda externa hasta el 2017. Los ahorros del 2016 y
2017 son relativamente bajos y ayudarán a aumentar la probabilidad de que PDVSA
honre sus obligaciones el próximo año. Sin embargo, los ahorros se revierten a
partir del 2018 y el servicio total de
deuda acumulado al 2020 aumenta en un poco más de mil millones comprado con si
no hubiera canje.
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