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Fuente Web |
El BCV entregaría los bonos con el compromiso de
recomprarlos en tres años, dijo la fuente del sector financiero conocedora de
la propuesta.
La operación está a la espera de una revisión por parte del
nuevo presidente del instituto, Ricardo Sanguino, luego de que su antecesor en
el cargo, Nelson Merentes, renunció en enero, agregó la fuente.
Con el financiamiento, el Banco Central busca inyectar
liquidez a las alicaídas reservas internacionales del país OPEP, que se
encuentran en mínimos de 21 años.
En la negociación con Nomura, descrita como “una operación
de repo”, el BCV recibiría “más de 1.000 millones de dólares” a una tasa de
interés “atractiva”, comentó la fuente, sin dar más detalles.
Como los títulos de la República y Petróleos de Venezuela (PDVSA) se
transan hasta por menos de la mitad de su valor, por el creciente temor a un
posible incumplimiento de pagos, el emisor ha optado por recurrir a pactos
privados antes de salir a vender en el mercado los papeles que posee en
cartera.
Uno de ellos, una emisión al 2022 por 3.000 millones de
dólares que hizo PDVSA -y entregó en privado al BCV-, es la que se considera
para la operación, según el documento visto por Reuters enviado al entonces
presidente del BCV en diciembre del 2016.
Los papeles fueron emitidos en el 2014, según un informe
financiero de PDVSA, pero nunca han salido al mercado.
Nomura Bank no quiso hablar de la operación. El BCV no
respondió a una solicitud de información de Reuters. Sin embargo, una fuente
del gobierno dijo que el emisor evaluaba echar mano de activos, incluyendo
bonos de PDVSA, para obtener “varios miles de millones (de dólares)”.
RESERVAS EN MÍNIMOS
Venezuela tiene 10.544 millones de dólares en sus reservas
internacionales para hacer frente a pesados compromisos de deuda que este año
superan los 9.000 millones de dólares.
Pero de ese total, un 70 por ciento se encuentra en oro
monetario que, a fines del año pasado, sumaba 7.734 millones de dólares, la
mitad de lo que representaban los lingotes hace tres años.
No es la primera vez que el Banco Central busca monetizar
sus reservas con pactos de recompra de sus activos.
Desde 2014, el emisor empezó a usar su oro para operaciones
de canje con bancos de inversión que, en los últimos años, aportaron efectivo
para paliar la fuerte caída de ingresos petroleros del país, que sufre una
aguda crisis con inflación de tres dígitos y recesión económica.
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