jueves, 27 de julio de 2017

Antibióticos: advierten que los tratamientos son más largos de lo que deberían – Clarín

Fuente Web
Hay dolencias frecuentes que con un simple antibiótico se pueden curar. Por ejemplo, una otitis, para la que los médicos suelen indicar diez días de antibiótico. O una faringitis por estreptococo, para la que se suelen indicar, también, 10 días de antibiótico.

Sin embargo, la creciente preocupación por la resistencia antimicrobiana y el mal uso de antibióticos, está llevando a replantear algunas premisas muy difundidas tanto entre los profesionales de la salud y también fuertemente arraigadas en la sociedad.

Un trabajo publicado en el British Medical Journal puso el foco en la duración que tienen tratamientos actuales y plantea que en muchos casos, se podría estar extendiendo innecesariamente la exposición a antibióticos, lo que generaría más resistencia.

Los autores, liderados por Martin Llewelyn, especialista en Microbiología e Infección en el Brighton and Sussex University Hospital (Reino Unido), plantean que “la idea de que detener el tratamiento antibiótico temprano fomenta la resistencia no está respaldada por la evidencia, mientras que tomar antibióticos por más tiempo del necesario aumenta el riesgo de resistencia”.

Los autores advierten que reducir el uso innecesario de antibióticos es esencial para mitigar la resistencia a los antibióticos. Esto, bien entendido, consiste en lograr que la población cumpla al pie de la letra las indicaciones médicas y desterrar del imaginario colectivo la idea de que se debe “completar el ciclo” de los antibióticos.

“Los materiales actuales de información pública de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y Salud Pública de Inglaterra han reemplazado ‘completar el ciclo’ con mensajes que abogan por tomar antibióticos ‘exactamente como se prescriben’”, agregan los autores.

 “Las bacterias son cada vez más resistentes y a nivel mundial se está trabajando en estrategias para utilizar en forma más inteligente los antibiótico que tenemos, porque cuanto más se usan, más resistencia se genera”, dice a Clarín la doctora Inés Staneloni, jefa del Comité de Infecciones del Hospital Italiano.

Según el trabajo del BMJ, hay dolencias frecuentes como por ejemplo la otitis media, para la que se indican 10 días de antibiótico y la duración del tratamiento podría reducirse a la mitad.

“Una de las estrategias para evitar la resistencia es no prolongar los tratamientos. Hay una tradición de muy arraigada de dar 10 días de antibiótico. Hoy se sabe que para la mayoría de los tratamientos era demasiado”, afirma Staneloni y pone como ejemplo las neumonías con internación, “hace 10 años eran 14 días de antibiótico, hoy la indicación puede ser de siete días”.

En pediatría hay dos enfermedades en las que uno ya sabe que acortando el tratamiento el resultado es igual, una es la infección urinaria, que se puede indicar el antibiótico de siete a 10 días y la otra es la otitis media, que se puede dar por siete días, explica el médico infectólogo Eduardo López, jefe del Departamento de Medicin del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. "En el caso de la otitis esto es muy importante porque es la causa más frecuente de infección bacteriana en pediatría", advierte el especialista.

Luego hay otras infecciones en las que todavía se mantienen tratamientos más prolongados. "Si bien es importante acortar el uso, también es muy importante evitar el mal uso, como en el caso de infecciones como gripes o de vías aéreas en las que las personas se automedican o se prescriben sin necesidad, ese es el problema más grave", añade.

El trabajo publicado en el BMJ afirman que muchas veces en el ámbito hospitalario, al poder contar con biomarcadores de respuesta al tratamiento, es más fácil establecer cuándo ya se puede interrumpir el antibiótico. “Fuera del hospital, donde las pruebas repetidas pueden no ser viables, es mejor que los pacientes interrumpan el tratamiento cuando se sientan mejor.

Contradicción directa de los consejos de la OMS”, reconocen los autores, pero agregan que un reciente ensayo clínico encontró que utilizar la fiebre como parámetro para guiar la interrupción de los antibióticos en la neumonía adquirida en la comunidad redujo a la mitad la duración media del tratamiento antibiótico sin afectar el éxito clínico. “Se necesitan estudios similares”, añaden.


Los investigadores plantean algunas claves que se deben tener en cuenta sobre el tema: hay mayor riesgo para los pacientes si se extiende el tratamiento más de lo necesario, que si se detiene temprano; en las infecciones bacterianas no hay evidencia de que detener el antibiótico temprano aumente el riesgo de que ocurra una infección resistente; los antibióticos son un recurso natural precioso y limitado, que debe conservarse.

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