viernes, 8 de septiembre de 2017

Irma deja una estela de destrucción a su paso por el Caribe – El Universal

Fuente: AP
El ojo del huracán Irma recorría este viernes la costa norte de Cuba rumbo a Florida dejando en su estela mortal una cadena devastada de islas caribeñas cubiertas de madera astillada, metal corrugado y carros maltratados.

El número de muertos en el Caribe alcanzó al menos 21 y se espera que aumente a medida que los rescatistas lleguen a algunas de las zonas más afectadas, señaló AP. 

Un nuevo peligro estaba en el horizonte desde el este: el ciclón José, un huracán de categoría 4 y vientos de 150 mph que podrían volver a castigar las zonas devastadas. 

"No creo que se necesite un científico de cohetes para saber que un daño adicional es inminente", dijo el inspector Frankie Thomas, de la Policía Real de Antigua y Barbuda. 

El viernes por la mañana, Irma se debilitó de categoría 5 a una todavía temible categoría 4, con vientos cercanos a 240 km/ h 

Irma destruyó casas, escuelas, tiendas, carreteras y barcos el miércoles y el jueves mientras rodaba sobre algunos de los paraísos de playa más famosos del mundo, incluyendo Saint Martin, Saint Bart, Sanit Thomas, Barbuda y Anguila. 

Dejó sin electricidad, agua y servicio telefónico, atrapó a miles de turistas y despojó a los árboles de sus ramas dejando un paisaje desolador. 

Se informó de saqueos en Saint Martin y se impuso un toque de queda en las Islas Vírgenes. 

El gobernador Kenneth Mapp de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos impuso toque de queda para "asegurarse de que la gente tenga comidas, agua y refugio", dijo el funcionario. "Un evento de esta magnitud es muy escalofriante". 

Cuba por su parte, evacuaba el viernes a los turistas alojados en hoteles costeros mientras en Florida se agotaban el agua embotellada y la madera enchapada ante la inminente llegada de Irma. 

El huracán pasó frente a Puerto Rico, República Dominicana y Haití y golpeó a las Islas Turcos y Caicos el viernes temprano con olas de hasta seis metros. 

Irma también se desplazó a lo largo de la costa norte de Cuba, donde miles de turistas fueron evacuados y llevados al balneario de Varadero, mucho más al occidente, al tiempo que estaciones meteorológicas captaron olas de entre cuatro y cinco metros en el litoral. 

"Estamos muy preocupados. Hay que tomarse este ciclón en serio", dijo Javier López, un trabajador de una brigada estatal de mantenimiento. 

López y otros cinco compañeros cubrían los ventanales de un comercio en el centro de la población de Remedios, uno de los lugares por donde se espera que pase más cerca el vórtice del meteoro. "Tenemos que prepararnos para que Irma cause el menor daño posible", agregó. 

En algunas localidades, la Defensa Civil y las autoridades cubanas circulaban en camionetas verde olivo con altoparlantes a través de los que aconsejaban a la población aprovisionarse de agua y alimentos y no transitar por la calles cuando lleguen los fuertes vientos. Brigadas de trabajadores destapaban cañerías callejeras y las personas colocaban bolsas rellenas con tierra sobre sus techos de láminas metálicas. 

A lo largo de la costa norte se produjeron miles de evacuaciones de residentes cubanos hacia centros especializados o de personas que se movilizaban a casa de familiares en zonas más protegidas, mientras sacaban sus pertenencias ante la amenaza del meteoro. 

En la localidad de Baracoa en el oriente cubano, la fuerza del mar rompió el muro de contención de la avenida litoral. No se reportaban muertos. 

En vista de que Irma transitaba a lo largo de Cuba, el gobierno decretó un alerta hasta La Habana, la capital, donde los meteorólogos esperan marejadas. 

Masivo éxodo en EEUU para huir del huracán Irma

Cientos de miles de personas evacuaban el viernes zonas costeras del sureste de Estados Unidos para escapar del huracán Irma, que dejó una veintena de muertos a su paso por otras islas del Caribe.

En Florida, donde Irma se espera para el fin de semana, las dos principales autopistas ofrecían el mismo espectáculo: hacia el norte vehículos cargados con todo tipo de enseres, desde colchones hasta kayaks; hacia el sur, convoyes militares para abastecer de gasolina a las estaciones de servicio y permitir que más gente evacúe la zona, señaló AFP.

Irma, un huracán de categoría 4 en una escala de 5, es considerado "extremadamente peligroso", con vientos de 240 km/h que podrían provocar un aumento de la marea de casi ocho metros por encima del nivel normal del mar.

Según el último boletín del estadounidense Centro Nacional de Huracanes (CNH), entre este viernes y el sábado el ojo del huracán estará cerca de la costa norte de Cuba y el centro de las Bahamas, y el domingo en la mañana próximo a los Cayos de Florida y el resto de la península. 

En Cuba, ya se sentían las ráfagas de Irma. 

Unos 200.000 residentes, principalmente en las provincias de Camagüey y Ciego de Avila, abandonaron sus hogares, y casi 10.000 extranjeros fueron evacuados de las zonas turísticas más amenazadas. Además, seis delfines de un acuario de Cayo Guillermo fueron trasladados en helicóptero fuera de ese islote.

"No nos asustas Irma"

"El huracán Irma es de proporciones épicas", tuiteó el presidente estadounidense Donald Trump. "Apártense de su camino", advirtió.

Más de un millón de personas están sujetas a las órdenes de evacuación obligatoria que rigen en Florida y en el vecino Georgia. Pero el gobernador de Florida, Rick Scott, dijo que los 20,6 millones de habitantes del estado "deben estar preparados para evacuar pronto".

"La tormenta es poderosa y mortal", enfatizó.

La "ventana para ubicarse en el lugar correcto para soportar la tormenta, bien sea evacuando o refugiándose, se está cerrando rápidamente", advirtió por su parte el secretario de Salud estadounidense, Tom Price.

En Miami Beach, Steven Schlacknam, un artista de 51 años cargaba sus enseres en un  automóvil para dejar su casa. "Acabo de guardar todo lo que necesitaba que no era reemplazable", dijo. "Si no puedo volver, me iré con mi familia a Nueva York y empezaré de nuevo".

La avenida Ocean Drive, usualmente llena de vida con sus famosas tiendas y restaurantes, estaba desierta. "No nos asustas Irma", se leía en algunos grafitis sobre las placas de madera que tapiaban las vidrieras.

"Sólo podemos rezar por lo mejor. Uno pone lo que puede en una maleta y espera", comentó resignado David Wallack, de 67 años y dueño de un club de salsa.

El director de la agencia estadounidense de gestión de emergencias FEMA, Brock Long, también instó a la población a abandonar las zonas de riesgo. 

"Puedo garantizar que no conozco a nadie en Florida que haya vivido lo que está a punto de golpear el sur" del estado, dijo.

"Carros dados vuelta"

Irma ya impactó como categoría 5 en varias islas del Caribe. Las autoridades reportaron 18 muertos (dos en Puerto Rico, cuatro en las Islas Vírgenes, uno en Barbuda, nueve en las islas francesas Saint Martin y Saint Bart, y dos del lado holandés de Saint Martin) y decenas de heridos.

El papa Francisco, de visita en Colombia, dijo que estaba muy atento a la estela de destrucción de Irma y oraba por sus víctimas y desplazados. "Los sigo en mi corazón y rezo por ellos", señaló.

Olivier Toussaint, residente de la isla francesa de Saint Bart, popular entre el jet set, describía escenas de desolación.

"Las casas están destrozadas, el aeropuerto está fuera de uso, los postes telefónicos y de electricidad están en el suelo", comentó. "Hay coches dados vuelta en los cementerios, barcos hundidos en el puerto deportivo, tiendas destruidas".

Los esfuerzos de socorro y combate a los saqueos se complicaban además por la llegada de un nuevo huracán, José, de categoría 4 y esperado en la zona el sábado, según el NHC.

Irma llegó a generar vientos de 295 km/h durante más de 33 horas, un récord desde que se comenzó a vigilar huracanes con satélites en los años 1970.

Las fuertes rachas arrancaron techos, aplastaron contenedores de embarcaciones y dejaron escombros por todas partes. La Cruz Roja Internacional informó que Irma afectó a 1,2 millones de personas hasta el presente, pero que la cifra podría elevarse a 26 millones.

El Caribe también se enfrenta a la furia de un tercer huracán, Katia, que amenaza el estado mexicano de Veracruz, donde sus habitantes aceleraban preparativos de seguridad.

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