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Una hora y 50 minutos no fueron suficientes para
abordar tantos temas de la coyuntura, pero bastaron para que el vicepresidente
Álvaro García Linera evalúe la gestión que termina y haga una proyección para
el próximo año. La autoridad dijo a La Razón que 2018 y buena parte de 2019
estarán marcados por tres grandes temas: el desarrollo de la economía del
litio, pasos concretos del tren bioceánico y la gestión de la demanda marítima
y su resultado, que de ser favorable para Bolivia planteará una agenda de
diálogo con Chile. Ciertamente es una paradoja, reconoce, pero la gestión
cierra con una economía estable en medio de un escenario político conflictivo,
tanto por las elecciones judiciales, marcadas por el alto voto nulo, como por
la nueva repostulación de Evo Morales, merced a un fallo del Tribunal
Constitucional. La economía irá bien, lo que incluso permitirá el pago del
doble aguinaldo, previó.
— ¿La
gestión, desde 2015, no está demasiado electoral?
— Se registró una economía muy estable, pero un
mundo político muy conflictivo, atravesado por el referéndum del 21F que fue un
golpe político contra nosotros a los cuatro meses de haber ganado las
elecciones nacionales de 2015, con el 62%. Luego, estas elecciones judiciales
siempre tienen un costo, uno sabía que iba a haber una muy baja votación porque
la gente no conoce, no sabe, porque a la gente no le interesan algunas cosas,
igual la hicimos; igualmente la consulta al Tribunal Constitucional. (Pero) la
conflictividad del mundo político fue aplacada por la fortaleza económica; por
eso, el balance general es una sociedad muy estable a pesar de esta conflictividad
del mundo político, desde principios de 2016.
— ¿Cómo
cierra este año?
— La repostulación del presidente Evo Morales es un
caso cerrado; los fallos del Tribunal Constitucional son inapelables. El hecho
político de 2017 es que Evo puede buscar de nuevo el voto en 2019; así se
cierra el año, independientemente de lo que vaya a hacer la derecha. Evo es
nuevamente candidato y entonces las fuerzas políticas opositoras tienen que
prepararse para competir por el voto ciudadano en 2019. En resumen, Evo es
candidato el 2019 y hay nuevas autoridades judiciales, es el resultado, eso es
lo real, lo que cuenta políticamente.
— ¿Se
convertirá nuevamente en otro año electoralizado por el oficialismo y la
oposición?
— Posiblemente la derecha quiera convertir el 2018
en un año electoral, va a esforzarse; nosotros no vamos a caer en eso, para
nosotros no es un año electoral, es un año de gestión económica y de ampliación
de la democracia política. Haremos campaña a partir de agosto de 2019, cuando
el TSE nos dé la orden, mientras tanto, no vamos a electoralizar prematuramente
el escenario político. Están muy claras nuestras metas: el segundo aguinaldo,
inversión, crecimiento del 4,5%. Eso se hace trabajando, hay que invertir,
desarrollar, exportar más, hay que industrializar. Quienes hagan campaña
muestran la mezquindad de su cálculo político, gente que solo les importa
Bolivia como un lugar para usufrutuar. Nosotros tenemos la responsabilidad de
dar a los bolivianos el mejor crecimiento del continente.
— Hubo
estabilidad económica, pero el crecimiento no fue lo ideal: no hubo doble aguinaldo. ¿Cuál es la
proyección?
— Somos muy optimistas para el 2018, por tres cosas:
hay un ascenso sostenido en el precio del petróleo. Empezamos el año con 46
dólares el barril y ahora estamos con 56 o 57, y las perspectivas hacia futuro
siguen siendo de sostenido crecimiento. Una de las fuentes de ingreso para
Bolivia es el gas, asociado al precio del petróleo. La segunda fuente
importante de ingresos para Bolivia son sus minerales, que han tenido un
crecimiento sostenido; estoy hablando del estaño, cobre, plomo, la plata,
incluso el oro, que se han recuperado del bajón que tuvieron entre 2015 y 2016.
— ¿El tercer
factor?
— El tercer sector muy dinámico de la economía es la
agricultura, a eso le han dado muy poca importancia los comentaristas. El nivel
de crecimiento de la agricultura entre 2006 y 2013 creció al 2%. A partir del
2016, la agricultura crece 4 hasta 5%. Hay otros sectores también: el área de
finanzas, manufactura; entonces, vemos que el 2018 va a ser un año mucho mejor
que 2017 y estamos esforzándonos para que el crecimiento supere el 4,5 %, que
habilitaría el segundo aguinaldo.
— ¿Cuáles son
los proyectos más grandes para el Gobierno el próximo año?
— Uno de los grandes sueños es el litio, que va a
modificar la composición y la estructura económica del país, porque se inserta
en una cadena mundial en ascenso y la inserción es desde la materia prima, la
cadena, hasta las baterías. Hay cuatro industrias colaterales con el litio. Las
siguientes semanas van a ser decisivas para completar el último eslabón que es
el mercado de las baterías. Estamos muy entusiasmados y esperanzados. Hacemos
un seguimiento diario a las negociaciones, eso va a ser entre 2018 y 2019.
— ¿Los otros
proyectos?
— Hay otros elementos respecto a la diversificación
industrial que lleva adelante el Estado: fábricas de cemento, de urea,
derivados de gas en Tarija; es otra base industrial que viene de las cosas que
veníamos haciendo antes. También está el
tema del mar; el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya,
donde tenemos mucha esperanza que nos vaya bien. Eso también marca otro momento
histórico de la posición de Bolivia frente a Chile.
— ¿Otras
obras en 2018?
— El tren bioceánico es otro proyecto. El presidente
Evo habló con su par de Brasil del tren bioceánico, que es conocido en América
Latina como el “tren de Evo”, por la pasión personal que le ha metido Evo con
los presidentes de China, Europa, Asia, América Latina, para que el tren que
atraviesa el continente sudamericano por Bolivia sea una realidad. Es algo que
va a convertirse en una especie de Canal de Panamá férreo, por la cantidad de
mercancía que se trasladará, es como construir un Canal de Panamá, pero sin
agua. 2018 y principios de 2019 van a estar marcados por estas tres grandes
decisiones, grandes proyectos que los hemos venido trabajando años atrás y que
comenzarán a mostrar sus primeros resultados.
— ¿El tren
desembocará en Ilo? ¿esta es la mejor opción para la carga boliviana?
— Ilo es una gran opción, por eso hemos hablado con
el Presidente de Perú, la vista del presidente Morales a ese país apunta a que
el bioceánico es por Brasil, Bolivia y Perú. De hecho, el tren bioceánico en su
financiamiento involucra una fuerte inversión en el puerto de Ilo, porque hoy
en día ese puerto es muy pequeño, no podría absolver ni la centésima parte de
la carga que tiene que transportar. Hacer un súper puerto que pueda recibir la
carga que viene de Asia, de Brasil para
luego transportarla. Cuando hablamos con los consorcios chinos y europeos, que
son los que quieren financiar, en esa negociación siempre está toda la
infraestructura: el puerto en Ilo, el tren bioceánico por Bolivia, hasta llegar
a Corumbá, Brasil.
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