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| Fuente Web |
La Gran Barrera de coral de Australia es uno de los mayores
espectáculos con los cuales cuenta la naturaleza nos. Una franja dotada de
cientos de kilómetros con amplia biodiversidad marina que sirve de hogar a
miles de especies, sin embargo las alarmas ecológicas están encendidas pues el
cambio climático no ha pasado desapercibido en esta reserva y ha provocado que
se reduzca en un 90 por ciento la aparición de nuevos corales, los conocidos
como ‘larvas corales’.
La problemática se remonta a los años 2016 y 2017. En aquel momento el
coral sufrió las consecuencias de varios
episodios de blanqueamiento, un fenómeno en el cual los corales pierden el color lo que evidencia
alguna enfermedad. Gracias a un estudio coordinado por el profesor Terry
Hughes, de la Universidad James Cook de Queensland, se demostró cual es el
verdadero impacto de esa decoloración.
Ese proceso sufrido en los últimos años dañó dos terceras partes del
mayor sistema de arrecifes del mundo y ha provocado que no haya nuevos corales.
El estudio fue publicado en la revista médica Nature , en el mismo el profesor
Hughes admite que “los corales muertos no producen bebés” lo que ha provocado
una disminución histórica en la Gran Barrera
El proceso por el cual las larvas se concetran en un arrecife es
conocido como el reclutamiento y el profesor Hughes explica que las cifras de
este proceso pueden variar entre los años
“Sin embargo, la disminución sufrida en el año 2018 no tiene precedentes”.
Y el culpable de todo esto es del calentamiento global.
Cuando la temperatura del agua sube los corales se blanquean,
expulsando las algas que les proporcionan el color, llamadas zooxantelas.
Recuperarlas resulta muy complicado, pese a que la temperatura del agua baje
nuevamente. Según el catedrático Hughes,
se requieren “entre cinco y 10 años para que se produzca una
recuperación” que, además, no está garantizada.
El blanqueamiento ha traído como consecuencia la posible extinción de
especies, como el Acropora, que está presente en un arrecife saludable y que ha
descendido en un 93 por ciento, dejando sin hábitat a miles de otras especies. El profesor Andrew Baird añadió que “el
aumento de la mortalidad es tal que no queda nada para reponer el arrecife“.
Para el académico, ya no existen soluciones a nivel local, lo único que
queda por hacer es “tomar acciónes importantes contra el cambio climático“.
Están en juego más de 2000 kilómetros de arrecifes de coral, considerado por la
ONU como el que cuenta con “más biodiversidad” de los que forman parte del
Patrimonio Mundial y que tiene “importancia científica enorme”.
La Gran Barrera, hogar de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y
4.000 variedades de moluscos, aporta anualmente unos 6.400 millones de dólares
australianos (4.560 millones de dólares estadounidenses) a las economías de
Australia y al estado de Queensland, donde se encuentra.

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