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El contraste entre ambos refleja los
cambios en Abu Dabi, que busca construir una economía para una era
pospetrolera, exprimiendo el crudo.
Un cambio similar se prevé en Arabia
Saudita, donde el mayor rival de Adnoc, Saudi Aramco, planea cotizar
en bolsa. Con una valuación de dos billones de dólares, Aramco
tendrá la mayor oferta pública inicial del mundo. Adnoc quiere
asegurar un futuro económico para su propietario luego de que se
agoten los hidrocarburos, aunque con un camino diferente. "Adnoc
siempre ha sido vista como una empresa pesada y lenta", dice
Robin Mills, director ejecutivo de Qamar Energy. "Ahora quiere
establecer una estrategia e implementarla. Está en progreso".
A cargo de la modernización de Adnoc y
la gestión de 50 mil empleados está Sultan Al Jaber, CEO desde
2016. Su trabajo tiene una urgencia existencial, porque Abu Dabi,
como Arabia Saudita, ofrece algo que abunda: petróleo. El boom bajó
por primera vez en 2014, cuando el precio del crudo cayó a más de
la mitad, rompiendo una racha de años a 100 dólares el barril que
había inflado los presupuestos y alimentado la complacencia en el
Golfo Pérsico.
Desde 2017, los Emiratos Árabes Unidos
han participado en el programa de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) para limitar la producción y
mantener los precios. Ahora el país emprende la modernización de
Adnoc. "Lo evidente desde 2014 y 2015 fue que el mercado de la
energía ya no es como antes. Ya no se puede depender solo de los
precios del petróleo", dice Al Jaber.
Desde su fundación en 1971, Adnoc ha
sido sinónimo de la riqueza petrolera que empujó a los Emiratos a
la modernidad. Los ingresos del petróleo hicieron posible el paisaje
urbano de Abu Dabi y también socorrieron a Dubái tras la crisis de
2008.
Por años, Adnoc ha vendido crudo a las
empresas que ayudan a extraerlo o a los intermediarios que revenden
su carga en Asia o el Mediterráneo. Las refinerías en esos países
convierten el petróleo en gasolina, diésel o materia prima para
producir plásticos y derivados. Pero los mercados energéticos
mundiales se han movido entre el temor de que las reservas se agoten
o que haya un exceso de oferta.
Por ello, Abu Dabi decidió protegerse
contra el cambiante mercado haciendo que Adnoc se involucre en toda
la cadena de producción. Al ofrecer el acceso a las reservas de
petróleo del emirato, la empresa podría atraer los fondos y el
conocimiento que contribuirán a su desarrollo. "Abu Dabi está
reinvirtiendo para desarrollar y expandir su economía", dice
Hootan Yazhari, analista jefe de mercados para Medio Oriente de Bank
of America Merrill Lynch. "La cuestión de si es urgente hacer
esto depende de la visión que tengas del petróleo. Es poco probable
que en 2030 el petróleo esté donde está hoy".
Para asegurar la compra a largo plazo,
Abu Dabi permitió que compañías chinas e indias participen en sus
principales concesiones petroleras, junto a Exxon Mobil, Total y BP.
Al entrar en el segmento ‘downstream’ (refinación, distribución
y derivados), quiere ganar más convirtiendo su petróleo en
combustibles refinados y productos, como plásticos.
La compañía también busca invertir
en sitios donde la demanda local crece rápido. Para financiar esa
expansión y atraer a acreedores e inversores, en 2017 Adnoc vendió
bonos por primera vez, así como una participación en su división
de gasolineras. Todo esto conduce a que lo comparen con Aramco. Al
igual que el jeque Mohammed bin Zayed de Abu Dabi, el príncipe de
Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, quiere maximizar los ingresos
nacionales ligados al petróleo y usar las ganancias de la venta de
activos para construir nuevas industrias y capacitar a los
trabajadores. Pero aunque la estrategia es la misma, las tácticas y
los plazos difieren.
Adnoc "no va en la misma dirección
que Saudi Aramco", asegura Yazhari de Bank of America. "Abu
Dabi no tiene la necesidad de colocar acciones de Adnoc en la bolsa
debido a sus saludables balances económicos. Necesitan enfocarse en
aumentar el acceso a los inversionistas. Si ponen a cotizar
divisiones más pequeñas, pueden aumentar la liquidez y la
negociación en el mercado bursátil nacional, y eso puede ayudar al
país". En lugar de vender acciones a nivel de holding como
planea Aramco, Adnoc recaudó 851 millones de dólares por la venta
de la participación minoritaria en el negocio de las gasolineras. El
nombre en código de Adnoc para dicha oferta pública de acciones fue
"Project First" porque, según Al Jaber, será "la
primera de muchas".
"Ya sea una reestructuración
financiera, una emisión de bonos, una colocación privada, atraer a
inversionistas estratégicos u otra oferta pública inicial, estamos
analizando todo", dice Al Jaber. La expansión de Adnoc entró
en una nueva fase el 13 de mayo al recibir a compañías petroleras,
banqueros e inversionistas en su Downstream Investment Forum para
exponer las oportunidades disponibles. En el evento se visitó
Ruwais, el complejo de refinerías de Adnoc con capacidad de 817 mil
barriles diarios que produce gasolina para locales, así como diésel
y combustible para aviones de otros mercados.
Adnoc construirá en Ruwais un centro
petroquímico y de tratamiento de petróleo que triplicaría la
capacidad de producción. Planea financiar todo ello a través de
inversionistas y la venta de una participación en su negocio de
refinación. "Invertiremos fuertemente en Ruwais", dice Al
Jaber, como parte de un plan de inversión quinquenal.
La pregunta es si seducirán a los
inversionistas. El petróleo y el gas shale de EU intensifican la
competencia para los productores de Medio Oriente. Además,
incursionar en el negocio de los derivados podría significar grandes
gastos y pocas ganancias.
"Realmente no revolucionará sus
ingresos de exportación, pero supone cierta cobertura contra el
riesgo del precio del petróleo", comenta Hamed Ghoddusi, del
Stevens Institute of Technology y autor de un ensayo sobre la entrada
de los miembros de la OPEP en el sector ‘downstream’.
En Adnoc hay pantallas LED que
condensan sus operaciones, ahí hay un indicador que dice
"Emiratización de la fuerza laboral", una señal de que
Adnoc busca ser líder de la reforma económica y social para los
Emiratos Árabes. La clave será emanciparse de la mano de obra
extranjera y que los emiratíes sean mayoría en la plantilla de la
compañía.
Crear una fuerza laboral local con
mentalidad comercial e internacionalmente competitiva es difícil en
un país donde los ciudadanos están acostumbrados a dádivas
gubernamentales. Uno de los mayores retos que ha enfrentado Al Jaber
ha sido la reorganización de una cultura burocrática,
racionalizándola para convertirla en una organización más
emprendedora, expone Haif Zamzam, exasesor de Boston Consulting Group
quien se unió al departamento de estrategia de Adnoc. "Estamos
introduciendo la idea de asumir riesgos calculados", dice
Zamzam.
Si bien los jóvenes emiratíes apoyan
los cambios de Al Jaber, el proceso también tiene sus críticos en
temas como los recortes de plantilla sin precedentes de Al Jaber y
otras medidas para ahorrar costos y la introducción de revisiones de
desempeño.
El príncipe de Abu Dabi, Mohammed bin
Zayed, ha mostrado su apoyo a los cambios de Adnoc, publicando fotos
suyas con Al Jaber en Twitter y los medios estatales. En febrero,
Mohammed y Al Jaber almorzaron juntos con una docena de miembros del
Programa de Futuros Líderes de Adnoc, lo que subraya el tipo de
fuerza laboral profesionalizada que el emirato desea desarrollar.
"Con el riesgo viene la
oportunidad", dice Saud Alshamsi, quien trabaja en el
departamento de gobernanza y garantía de valor en Adnoc y es uno de
los miembros del programa. "Eso es lo que la gente realmente
tiene que entender".
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